En estos días ha aparecido en prensa y redes scoiales la aprobación de una ley sobre eutanasia y cuidados paliativos en Francia.
La Asamblea Nacional francesa ha aprobado -en primera lectura- la creación de un "derecho a la muerte asistida", llevando así a una fase decisiva esta importante reforma social, que se venía gestando desde hacía varios años. El texto se ha aprobado con 305 votos a favor y 199 en contra, para una cuestión que genera una fuerte división entre los distintos partidos políticos, pese a que -como ocurre en España. una mayoría de los ciudadanos está a favor. La legislación, que pasará ahora al Senado, determina que el paciente deberá presentar la solicitud de muerte asistida y que ésta será revisada en el plazo de quince días. En caso de que sea aprobada, tendrá que suministrarse la sustancia letal él mismo o recibir ayuda de un médico.
Respecto a la legislacion española, en el caso de la francesa se han eliminado las palabras "suicidio asistido" y "eutanasia", debido a su connotación negativa, y han sido eliminadas del texto. Solo se ha iniciado su andadura, ya que quedan varios trámites para terminar.
El texto establece cinco criterios acumulativos para acceder a la muerte asistida, cuya tramitación parlamentaria deberá continuar ahora en el Senado. el paciente debe padecer «una enfermedad grave e incurable» que además esté en un estadio avanzado de su desarrollo. Además, el solicitante y sus acompañantes deben atestiguar que el primero sufre «dolores físicos o psíquicos constantes». El tratamiento deberá aplicarse tras cumplirse estos y otros pasos, y solo cuando el receptor se encuentre «físicamente incapacitado para ello».
La ley francesa privilegiará el suicidio asistido –el paciente se administra él mismo la sustancia letal– en la eutanasia –la administra un profesional sanitario–. De hecho, aunque el enfermo prefiera que sea un médico quien le administre la sustancia, si está en capacidad de hacerlo él mismo, deberá hacerlo. La eutanasia se reservará únicamente para los casos en que el paciente no pueda administrarse a sí mismo la sustancia que le provocará la muerte.
Como es lógico pensar, es una ley que no contenta a todos, por un lado los que desean una ley de eutanasia plena, creen que se reviste de demasiados obstaculos para terminar el proceso; por el otro lado, los que estan en contra, entienden que va demasiado lejos en la integridad de la vida. Si se compara con la ley española, esta ley francesa es más restrictiva.