martes, 9 de enero de 2018

Eutanasia y cuidados paliativos ¿dos caras de la misma moneda?

El debate sobre la eutanasia con relación a la asistencia de pacientes terminales sigue vivo después de casi tres décadas: desde 1971 en que el caso de Ana Karen Quinan, joven en coma tras la ingesta masiva de barbitúricos, y que se considera el "primer paso para formar una opinión favorable a la eutanasia"

Para el doctor Marcos Gómez Sancho los cuidados paliativos son un modelo de atención encaminado a dar respuesta a las múltiples necesidades físicas, psicológicas, sociales y espirituales del paciente y sus familiares cuando esta persona no responde a los tratamientos curativos disponibles y se espera su muerte en un plazo más o menos breve.


Para este médico que dejo la anestesiología para dedicarse a los cuidados paliativos, la eutanasia vinculada con los cuidados paliativos es una malinterpretación de unos grupos que promueven especialmente su despenalización.
Cuando la sedación está indicada y existe consentimiento, el médico tiene la obligación de aplicarla. Se debe afirmar con claridad que cuando existe una adecuada indicación para la sedación, la objeción de conciencia no tiene cabida, como tampoco sería posible objetar ante cualquier otro tratamiento correctamente indicado.

La diferencia entre la sedación paliativa y la eutanasia es nítida y viene determinada por la intención, el procedimiento y el resultado. En la sedación se busca disminuir el nivel de consciencia, con la dosis mínima necesaria de fármacos, para evitar que el paciente perciba el síntoma refractario. En la eutanasia se busca deliberadamente la muerte anticipada tras la administración de fármacos a dosis letales, para terminar con el sufrimiento del paciente.

La sedación paliativa pasa a ser una alternativa ante la eutanasia cuando el proceso de la muerte esta cercana. Aunque ambos métodos se basan en técnicas similares, la eutanasia tiene como fin último el fallecimiento del paciente, mientras que la sedación sólo busca aliviar el sufrimiento físico.

Otras voces como la asociación Derecho a Morir dignamente, declara que se debe promover el derecho de toda persona a disponer con libertad de su cuerpo y de su vida, y a elegir libre y legalmente el momento y los medios para finalizarla, y defender el derecho de los enfermos terminales e irreversibles a, llegado el momento, morir pacíficamente y sin sufrimientos, si éste es su deseo expreso.

Seguimos a pie de cama...cuidando.