Lola Montalvo, así se llama esta compañera bloguera, escritora entusiasta y madre única. Pero también es mujer entrañable, por su corazón grande, mujer y esposa de espíritu intenso, mujer y señora de las causas eternas, mujer -en definitiva- de las que uno debe aprender.
A Lola la conocí a través de la red, del mundo de los blogs y el 2.0, pero no más de dos meses tuve la oportunidad de coincidir en una mesa de debate. Si esta mujer es excepcional a través de la web, en persona...ni te cuento.
Pero este elogio, no estéril, es debido a que hace unos días tuve la ocasión de saber que pudo donar uno de sus riñones a una persona de su entorno querido. Admirable su fortaleza para dar este paso, para algunos puede ser una tortura. El amor se impone, la necesidad igual, pero lo primero gana por mayoría absoluta. Como diría Ismael Serrano: "...últimamente me enamoró de mujeres comprometidas", "..de un tiempo a esta parte me cuesta tanto olvidarte".
Esto no sucedió en agosto, tan solo hace unas semanas, creo que en junio. Aunque que más da la fecha, o sí es importante. No lo sé. Lo que si es cierto que esos días habrán sido, a buen seguro, de una intensidad extrema. Pero como dice el refranero: lo que bien empieza bien acaba. Esperando que todo llegue a buen puerto. El verano es época de felicidad, ya vendrá el frío invierno. Un buen paseo cogidos de la mano...que bien os sentará. El verano es tiempo para compartir, es tiempo de alegrías. O no.
Cuando leí en la red esta noticia sentí un pellizco en el alma. Donar una parte tuya para dar vida a otra persona: me sonrojo. Yo no sabría como comportarme, posiblemente haría lo mismo pero que golpe en la línea de flotación de este barco llamado vida. Miedo, pánico, o coraje. Esa sensación podría ser la del pellizco. Revolotean las mas finas mariposas.
No crean que esto sucede de una día para otro, nada de nada. Habría que bucear en el mundo de esta enfermera y rescatar -a través del pasado- su andanzas con los pacientes con enfermedad renal crónica. Su hermana de compañía fue durante un tiempo la hemodiálisis, convivió con la insuficiencia renal durante largo tiempo. Esta vallecana incansable sabe lo que es estar "a pie de cama".
Pero un día tenía que pasar, si el futuro es incierto se debe de dar un paso adelante, un paso esperanzador, un paso lleno de amor, como agua de vida. Y ese día llegó, lleno y pleno de ilusión, mirando el futuro con ganas de triunfar. Como dice un amigo mio, "cuando el camino se pone duro, sólo los duros quedan en el camino". Esto es lo que le ha acontecido a nuestra Lola. Nada mejor que dar una parte de tí para llenar de vida otra.
Gracias Lola, por tu culpa, por tu culpita, hoy quiero más a los míos. No sabemos a veces lo que tenemos. Gracias por demostrar sacrificio, entereza y ganas de dar vida. A buen seguro seré una de esas personas que donará algún órgano. Ya sabes que en esta entrada hay mucho de ti, y tu lo sabes. Besos.
Bellísima, bellísima entrada. Se me han llenado los ojos de lágrimas y el corazón de un calorcito del güeno. El cariño, créeme, es mutuo.
ResponderEliminarBesos miles, amigo
Lágrimas de alegría buenas lágrimas son.
ResponderEliminarMe ha encantado este post dedicado a nuestra querida Lola.¡ Ole! Un abrazo,Javier.
ResponderEliminarGenial Javier, no conozco a Lola personalmente pro gracias a todos y a estas entradas Lola tenemos pendiente una quedada
ResponderEliminar¿Os dais cuenta de lo unida que puede llegar a estar la gente que apenas se conoce cuando alguien nos acaricia el alma? Todos y cada uno de vosotros habéis escrito verdaderas preciosidades de Lola, sin cococerla, sin haberla tocado siquiera... ¿porqué? Pues porque fascina, y fascina a gente muy diferente entre sí.
ResponderEliminarGran entrada Javier, justo con ese puntito dulce que alivia la amargura de cada día.
aprovecho la entrada para daros un saludo a tod@s.
Besos.