Estoy acabando, y dar por concluida, la lectura de un libro delicioso y apasionante, que mi amigo virtual David Curbelo me recomendó, se trata del manuscrito Con o sin Dios; donde el filósofo y teólogo Francesc Torralba y el periodista/escritor Vicenc Villatoro se han intercambiado durante un año una serie de cartas que reflexionan sobre las preocupaciones del ser humano.
Son cuarenta cartas de un lado y del otro, del creyente y del agnóstico, del cristiano escéptico al ateo. De lo sagrado y de lo profano, de los valores, de la ética sin Dios. Pero de entre todas las cartas, escogería la 34, que lleva el mismo título que el post.
Una carta de Vicenc a Francesc, nos habla de valores frente a consumismo, del bienestar a base de tangibles, todo ello adornado por la letra fácil e ingeniosa de Vincenc. El teatro de la vida vista desde la Navidad, algo así como un cristianismo no religioso. Como dijo Buñuel: " Soy ateo gracias a Dios". Para Vicenc que es un agnóstico, amigo y admirador de las religiones, la religión es fuente de creatividad pero aunque sean respuestas a las demandas de espiritualidad de las personas, se pregunta sin son solo eso. Podemos llegar a hacernos monjes sin ser creyentes, imposible sin fe, posible con Dios.
Particularmente esta carta me lleva a reflexionar si es preciso la fe para ahondar en la espiritualidad del ser humano. La espiritualidad, que no la religiosidad, puede pasar por ser el camino en el último tramo de nuestra vida. Posiblemente, el alma del ateísmo sea la espiritualidad sin Dios. La fe funciona bien con la religiosidad, la espiritualidad con el ser humano, aunque también con lo divino.
Si pueden, no se pierdan la lectura de este libro, con o sin Dios. Por sus creencias, por su espíritu o por su fe.
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