Desde Argentina nos viene la historia de Melina, ella padece neurofibromatosis, un mal congénito producido durante la gestación por una mutación espontánea de sus células. “Se nace y se muere con esa enfermedad, que produce múltiples tumores. A ella se le hizo un cáncer dorso-lumbar por el que fue operada y que le fracturó su columna”.
La familia de Melina sostiene que hay un vacío legal para los casos que requieren una “medicina humanizada”. La madre pide a los gestores que su hija no sufra más: "Nadie debería sufrir este calvario".
La chica de 19 años, internada en el Hospital Garrahan en situación terminal, había pedido que la seden para no sufrir más. Su madre pide que se trate la ley de muerte digna. A las 10 horas de hoy día salta la noticia de que se aceptó sedar a Melina.
De nuevo y en cualquier lugar de nuestro mundo, sigue candente el debate sobre la "muerte digna". Cuando el sufrimiento emerge intentamos, de cualquier forma posible, que desaparezca este. Volvamos a repensar el tema.
Es dificil entrando en consideraciones eticas, justificar la muerte de una persona tan joven. parece increible, que alguein pueda sentirse tan desesperado para desear su propia muerte, pero lo cierto es que la enfermedad y en especial las enfermedades degenerativas van confiriendo no solo el modelado del cuerpo, sino tambien del alma, de tal forma que una vez se ha perdido la esperanza, solo se desea llegar pronto al final..
ResponderEliminarQuizás la justificación sea evitar el sufrimiento no facilitar la muerte en sí. La madre de esta joven debe de ewtar más que desesperada para comentar lo que hace. De todas formas todo depende de las vivencias de cada uno.
ResponderEliminarGracias por tu comentario.